Ocurrió el pasado 25 de abril en Nueva York. Unas 80 personas se lanzaron a las calles a plena luz del día, se disfrazaron de empleados municipales, pintaron de blanco 120 soportes para carteles publicitarios, colocaron sobre ellos cartas falsas que afirmaban que esos soportes eran ilegales y después crearon sus obras. La mayoría las prepararon con antelación para poder colocarlas en pocos minutos -sobre ellos pendía el arresto policial si se les cazaba-.
"En las revistas pasas de página, en la televisión cambias de canal, en la ciudad no hay escapatoria y eso no es justo", explica Seiler, que no llega a la treintena. A través de lo que bautizó como New York Street Advertising Takeover (NYSAT) demostró que más allá de la pura necesidad de expresión artística, los creadores están dispuestos a arriesgar el pellejo para participar en un evento que invita a que los ciudadanos sueñen su propia ciudad de otra manera. "Yo creo que más que de arte, este proyecto habla de demostrar la voluntad de participación pública en la construcción visual de los espacios que todos compartimos".
El esfuerzo de ciudadanos y artistas apenas duró 24 horas. Al día siguiente, los anuncios de iPod habían borrado todo rastro de acción subversiva.
Leído en El País